lunes, 10 de junio de 2013

2002: 2º congreso del la FELGTB

Como presi, yo representaba a Guirigay en la Federación Estatal; por eso llevaba algún tiempo colaborando con Pedro Zerolo y la gente de la dirección en algunos temas. El Orgullo de 2002 era muy importante porque queríamos que supusiera un paso adelante claro a favor de la ley de matrimonio y para parar los intentos del PP de diluir la reivindicación mediante leyes escondidas de uniones de hecho. Así que todo el esfuerzo se centró en buscar aliados para darle fuerza a la mani de finales de junio.

Diez días antes, los sindicatos habían convocado una huelga general. Yo ya había mantenido con ellos algunas reuniones como representante de los colectivos de Madrid y, en Coslada, habíamos hecho un estudio sobre la homofobia en el ámbito laboral. Zerolo me pidió que tanteara a los entornos de Fidalgo (CC.OO.) y Méndez (U.G.T.). Le dije que, en aquel momento, era muy fácil, que sabía la contrapartida que nos iban a exigir ¿estaba dispuesto? Conseguí una reunión con los números 3 de ambos sindicatos. Fuimos Pedro, Arnaldo y yo a la sede de UGT que, precisamente, está en Chueca. El cambio de cromos era fácil: si ellos apoyaban la convocatoria del Orgullo (y venían a la mani) nosotros apoyábamos la huelga general (e íbamos a la mani). Fue un acuerdo fácil. Y más fácil fue luego con los secretarios generales. 
Hice una propuesta de texto al Consejo Federal de la FELGT que insistía en que, uno de los colectivos más perjudicados por las reformas de Aznar, éramos los gays. Se aprobó aunque con votos en contra. A mí, que llevaba años quitándome, Bea Jimeno me tachó de comunista. Luego me explicó que era por mi obsesión por la organización (San Gramsci, San Gramsci, aparta de mí este cáliz). El caso es que llamamos a la huelga y fuimos a la mani. En el cortejo de la FELGT (tras una pancarta de Guirigay a la que pegamos un cartel de la federación) íbamos Zerolo y alguno más de la dirección, todos-as los de Coslada, unos cuantos valencianos, algún perdido de otro lado y muy pocos del COGAM (San Gramsci, San Gramsci, perdónalos porque no saben lo que hacen). Pero el caso es que, con tanta bandera arco iris, bajo el sol del junio madrileño, entre tanto obrero cariacontecido, quedamos fenomenal.

Así que a la semana siguiente, convocamos una rueda de prensa con Pedro, Méndez y Fidalgo en la sede de COGAM. Más de cincuenta periodistas y unas diez cadenas de televisión. Zerolo no cabía en sí de gusto. Me preguntó que si había algo para regalarles y yo llevaba, claro que sí: dos camisetas del Guirigay tamaño XXL con su fundita y todo. Y con ellas salieron en la foto. En un ataque de análisis predictivo, Bea me dijo “esto en el futuro, lo va a pagar muy caro la Federación” (San Gramsci, San Gramsci, ¿por qué me has abandonado?). Desde entonces todos los congresos y la mayor parte de las actividades de formación han sido en locales sindicales y en todas las manifestaciones y reivindicaciones, los dos grandes sindicatos han sido nuestros mejores aliados.

Así que Zerolo me llamó un día a su despacho de Rosales y me propuso entrar en la ejecutiva de la Federación y que le ayudara a montar el 2º Congreso. Le dije que sí a ambas cosas. Y ya se sabe lo que es cuando digo que sí: diseñé el cartel, formé parte de ambas comisiones de redacción de ponencias, las llevé a la imprenta, encargué las pancartas, las coloqué yo, hicimos un montón de propuestas desde Guirigay que se aprobaron casi por unanimidad, busqué un buen local para hacerlo (el centro de estudios de CC.OO. de Madrid)… Es lo que tiene la mucha devoción a San Gamsci.
Antes de empezar el congreso, empezaron los nervios. Por el PSOE venía Trinidad Jiménez. Yo la había conocido en Argelia, cuando el Festival de la Juventud. Entonces yo llegué a la conclusión de que era una pija infumable, pero había sido por obligaciones de mi militancia comunista. En la puerta de aquel congreso, como yo de lo del comunismo ya he contado que me estaba quitando, llegué a la conclusión de que era una pija infumable por puro empirismo. Decidió que si hablaba Mendiluce en nombre de Los Verdes, ella no entraba. Lío total, nervios a tope y el Zerolo descompuesto. Por mi militancia y mis amistades en Iniciativa per Catalunya pude solucionarlo yo: quedamos en que no venía como candidato al Ayuntamiento de Madrid sino como representante de ICV. Vale, entró ella y saludó muy ufana. No repetiré aquí su discurso, su tono y sus giros para que no digáis luego que “menuda pija infumable”.

El presidente del Congreso era mi amigo Ximo; que no lo he contado en el blog, así que aprovecho: tras ser un adolescente asexuado, decidió salir del armario como sólo él y Lavrenti Beria saben: descolgó el teléfono y dijo “que sepas que soy el secretario de organización del Colectivo Lambda”. Porque no le gustan los tulipanes, que si no, que vaya temblando el secretario de organización de la federación holandesa de horticultores… Tras un primer traspiés con Daisy, la mujer del pato Donald, el congreso salió estupendo, incluida una noche del cine gay friendly que monté donde la UGT, conmigo detrás de la pantalla, metiendo vídeos vhs repirateados con las mejoras escenas gay y lésbicas del cine español.
Llegados a la comisión de candidaturas, yo iba para no se qué, pero pasaba por allí uno de los del partido de la pija infumable y se inventó una cosa rara sobre reparto territorial para quitarme de en medio. Yo, que ya he contado que me estaba quitando de lo del stalinismo, me dije “no tienes tiempo para más, lárgate de aquí, Miguel Cordero”. Y aunque Pedro Zerolo me lo pidió luego, no quise entrar en la dirección de la FELGTB (que en aquel congreso añadió la T y años más tarde, la B). 

Desde entonces he colaborado con todo lo que me han pedido, soy buen amigo de la actual presidenta, la gran Boti; cuando fui concejal apoyamos a la federación en todo y más y fue una lástima que el mismo mamarracho se volviera a cruzar en el camino y montara un boicot a unas jornadas sobre Ciudad y Orientación Sexual que no eran un escaparate para mí sino para la propia federación. Menos mal que hay gente con altura de miras y Boti sí vino a clausurarlas y las inauguró la persona que más alto ha llevado el estandarte gay en el estado español: mi buen amigo Iñigo Lamarca, Ararteko (Defensor del Pueblo) vasco. 

San Gramsci, San Gramsci: en tus manos encomiendo mi espíritu.

3 comentarios:

  1. Boicot dices!!?? Que condescendiente te vuelves con la edad, jejeje. Aún recuerdo las llamadas que recibí de ciertas personas de la FELGTB (la más desagradable la de esa mujer que dices que hacía análisis predictivos y que por entonces presidía la federación, y que por mucha escritora que es/era/fuera/fuese, lo que sí que era es una auténtica verdulera) para forzarme a realizar un comunicado de ruptura entre Guirigay y ese concejal de Coslada rubio y de ojos azules que se había vendido al PP. Y de cómo condicionaban a ese comnunicado su presencia en la presentación del estudio sobre la homofobia en el ámbito laboral. Y de cómo si no había ese comunicado.... en fin, dejémoslo ahí.
    Menos mal que ahí estaba la gran Boti para decir: "estamos locos o qué?".

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  2. Y yo, tras dedicarme (como sólo yo sé hacer) a intentar tener una organización razonable, plural y amplia para la FELG decidí que si Miguel Cordero no entraba como correspondía en la nueva dirección de la Federación lo mejor que podía hacer era no estar en aquella nueva dirección (y fué bastante frustrante).
    Pero todo tiene sus tiempos y, al final, he podido volver, marcharme, decansar, ser reclamado, aclamado y destetado en varias ocasiones... Y cómo Miguel puedo presumir de haber sido útil y seguir siéndolo para este gran proyecto político y social que ha sido y es la lucha por el respeto a la diversidad saexual en España.
    Ximo.

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  3. Hey Paco, eso no lo sabía yo... Bufff. Pero bueno, agua pasada no mueve molino. Como dice Ximo, movimos este país en un camino que nadie había sospechado pocos años antes. Eso sí, al final, Ximo, es verdad, a pesar de la distancia, se lo ha currado mucho más que yo en la Federación. Bien es verdad que, cuando alguien me ha llamado, ahí he estado y que me ofrecí para volver a tirar de las cosas del Henares. Pero tampoco he hecho muchos más esfuerzos. El tiempo me ha llevado por otros derroteros.

    Besos a los dos.

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