martes, 11 de junio de 2013

2013: Los míos.

A veces me siento un poco solo. Cuando veo las cosas que hago y en los berenjenales en que meto a mis amigos y amigas, lo que me parece es que pocos abandonos he tenido… Soy un ser eminentemente social y los necesito. Aunque a veces sea exigente, borde y pisacharcos; luego intento arreglarlo. Este fin de semana, hemos estado muchos en Cuenca. Otros no han podido. A todos y todas os quiero y me gustaría poderlo demostrar. Sé que me cuesta, pero la amistad posiblemente consista en eso, en adivinar y aceptar que me cuesta.
La familia se me quedó chiquita. Intenté mejorar la relación con los primos pero todo quedó en un buen fin de semana en Ascaso. A veces veo a mi primo Paco, mi padrino; o me llama. Y siempre me quedarán Emi por el lado de mi madre y Diego por el de mi padre, con los que seguimos manteniendo una buena relación de amistad. Somos, en cualquier caso, todos los nombrados, los indescendientes.
Junto a mí, cada día más cerca, mi hermanita. Nos unen muchas cosas. A veces hemos estado más distanciados. Pero sabemos cuándo es necesario el acercamiento. Aún recuerdo su templanza cuando mi separación. Espero haber estado a la altura en sus malos momentos. Juntos cuidamos del abuelo. Genio y figura a sus 93 años, cabezota y violento, pero mi padre a fin de cuentas.
Nunca me gustó la idea de cerrar la tumba familiar desde dentro, yo que soy el último para la pescadería. Desde pequeño soñé con educar uno o varios niños, si no, de qué tantos Tiempos Libres. Llegó Mahmoud, a pasar dos vacaciones; y lo acogimos con todo el cariño del mundo. Años más tarde apareció en mi vida, en nuestra vida, Roberto. Superviviente de historias que, cuando menos hacen llorar, ahí está, al borde de la adolescencia, obediente y bueno; disfrutando de cuanto le ofrecemos por primera vez. Y tendiendo, poco a poco, redes de hilos finísimos que construirán un compromiso, de educación, de apoyo, de crecimiento personal.
Y junto a mí, mi Néstor. Mi Nene. Dos náufragos huyendo de islas desiertas que un día nos encontramos junto a la Malvarrosa, junto al Mediterráneo. Me ha dado mucho. Una nueva familia a la que quiero, muchos amigos que ya lo son también míos, fuerza para tirar de nuevos proyectos, compañía en muchos otros. A veces discutimos, como todos. No usamos precisamente lenguaje de confitería, somos toscos y a veces, en la tosquedad, nos herimos. Creo que nos sonreímos poco, pero hemos construido, creo, un buen tándem. Y quiero que dure mucho y que con él recorramos muchos caminos y muchas músicas juntos.
Sois mi gente. La que necesito cada minuto de mi vida, sin la que me sería difícil respirar o, al menos, tirar de todos estos carros que yo decido -nadie sabe por qué- intentar hacer avanzar. En estos años he tenido demasiada gente enfrente, demasiadas broncas, demasiados malos amigos. Me quedáis vosotros y vosotras. Los buenos. Los míos. A todas y todos, gracias.

Y si quieres acabar con un buen recuerdo musical, aquí tienes la selección de canciones de estos 50 años que me ha hecho Néstor para Spotify: http://open.spotify.com/user/1152511550/playlist/4wv4AEdo082f7keFiQ4n0H

1 comentario:

  1. Algunos no pudimos estar, pero te queremos igual....eres nuestro Miguel, el que nos hacía reír con el Patrol, el que nos llevaba a sitios insospechados, el que nos enseñó a crecer y a tantas otras cosas....
    Hay veces que no hace falta decir las cosas, ni siquiera una cercanía física....tú sabes con quién puedes contar...
    Muuuuuuas

    ResponderEliminar