viernes, 7 de junio de 2013

2003. La PIC vuelve a la carga.

La habíamos fundado 5 años antes, siguiendo a Huélamo, por entonces alcalde cuando, a finales del 98,  Izquierda Unida se hundía y desunía cada vez más. Fue durante un tiempo la versión cosladeña de la Nueva Izquierda. Pero tras las elecciones del 99, la mayoría de la gente que seguía a Cristina Almeida se integró en el PSOE y, en la agrupación socialista cosladeña, en aquellas épocas no teníamos ni sitio ni ganas ni elemento alguno en que coincidir.

Así que iniciamos una larga travesía del desierto en el que la peor parte, posiblemente, me la llevé yo. No es victimismo, pero es que me tragué tres años sin hacer nada sentado en un balconcillo de la cuarta planta del ayuntamiento. A aquello, ya mucha gente le llamaba mobing. Hoy, lo que me hicieron, viene claramente tipificado en la ley como acoso laboral. Aguanté tres años porque soy así y, en el fondo, aproveché para hacer muchas otras cosas productivas. Para mí, para Coslada e, incluso, para el propio Ayuntamiento. Hoy la instigadora directa de aquel mobing de larga duración se sienta en un parlamento y pastelea pactos con unos y con otros. Pero su conducta, no solamente conmigo, viene a corroborar que muchos de los mimbres de la actual Izquierda Unida son elementos profundamente reaccionarios que provocan, aún, una gran desconfianza en un electorado harto de gentuzas así.
En el 2003 el PSOE de Coslada hacía aguas. Y creímos necesario dar un nuevo impulso al proyecto. Relanzamos la PIC cara a presentarnos en 2004. Yo dejé la presidencia de Guirigay anunciando que volvía a presentarme a Concejal. E iniciamos una campaña mucho más pegada al terreno que la anterior. Yo, que vivo en un décimo, siempre me he fiado de los análisis sociológicos de mi ascensor.

En el último mitin antes de las elecciones ya se palpaba que la cosa iba hacia arriba. Hice un discurso vibrante, creo que uno de los mejores de mi vida y, por supuesto, de aquella campaña. “Me piden que diga en tres palabras cuáles son las necesidades de Coslada”…

Sacamos seis concejales. Yo era el sexto de la lista. 7 el PP, otros 6 el PSOE y 4 IU. Tras una negociación lamentable en la que el candidato del PSOE me intentó comprar (por cierto, con un cargo que no me hubieran podido dar: quince días más tarde saltó el escándalo del tamayazo y perdieron la Comunidad), llegamos a un acuerdo de legislatura con el PP que lo hicimos firmar ante notario.
El acuerdo incluía muchas cosas: metro, hospital, centros de salud, olimpiada… Yo por mi parte tensé la cuerda al máximo: exigía una Concejalía de Igualdad que se ocupase de los problemas y necesidades LGTB. Lo aceptaron. Y lo hicimos. Fue una buena legislatura en la que conseguimos muchas cosas para la ciudad. Pero en la que entregamos a los brazos del PP a un electorado importante que vio cómo la derecha sí se podía ocupar de temas sociales con éxito. Posiblemente porque no supimos identificarnos claramente como izquierda.

A las siguientes elecciones sacamos sólo un concejal. Y aunque pactamos con los partidos de izquierdas (gato escaldado), no es que no supimos identificarnos, es que no hicimos nada de relevancia. Pero sobre el hundimiento de la PIC ya escribí en su día en mi blog cosladeño.

Hoy sólo toca recordar que, en 2003, volvimos a juntar a mucha gente desperdigada de los movimientos sociales cosladeños y a acordar con nuestros electores un programa que logramos luego llevar a la práctica en más de un 90%. Aquello pudo tener muchos fallos, pero programa programa programa hubo. Y se cumplió

No hay comentarios:

Publicar un comentario