jueves, 30 de mayo de 2013

1990: la Vuelta Cicloturista a España

La Concejalía de Juventud tenía muy buenos profesionales. Y esto, unido a que en los 90 se empezaron a extender los servicios a los jóvenes por todos los ayuntamientos, hizo que estuvieran muy demandados. Un día le plantaron un órdago al concejal. A mí ni me iba ni me venía, pero sentí que era mi responsabilidad parar aquello. Decidieron dejar la empresa que los tenía contratados. Yo llevaba un año de Coordinador y 27 sobre la tierra aguantando órdagos. Nos quedábamos sin personal y, mientras que sacábamos nueva convocatoria, se presentaban, se cerraban plazos, etc. se nos venía encima el verano. Le dije que no se preocupara, que yo me encargaba de que todo funcionara mientras tanto. Teníamos encima la campaña de semana santa y había que menear aquello.

Decidí que era el momento de organizar una actividad 100% Miguelito. Yo llevaba tiempo intentando coordinar concejalías de juventud de IU por España. Así que decidí montar una ruta ¿cómo? en bici, por supuesto. Iríamos recorriendo “ayuntamientos hermanos”, que me daban la animación nocturna y, de paso, espacios para acampar. La idea inicial es que, además, se fueran sumando grupos de esos pueblos a la ruta. Eso no salió, pero como de Coslada se apuntó mucha gente, el pelotón era suficientemente numeroso. De personal de apoyo y cocina, mi conserje Paco. Y como monitores unos cuantos voluntarios de gente que yo conocía, incluido Jose, mi conviviente en aquellos días.
Diseñé la ruta un mes de febrero. A grandes problemas, grandes nombres: nacía la Vuelta Cicloturista a España. A golpe de renault-4, muchas llamadas por teléfono y alguna cita que me consiguieron mis amigos valencianos como el alcalde de Canet. Como siempre, diseñé yo el cartel (esta vez con un dibujo de un compañero del ayuntamiento) y un folleto con perfiles topográficos que hice con muchos cálculos y rotrings sobre papel milimetrado. Qué raro suena ahora, que lo hacemos todo con ordenador...

Salimos de Coslada un viernes de dolores (o sea, el anterior a semana santa). Hasta Arganda. Luego, tras un salto en autobús, Cuenca, la Ciudad Encantada, Uña, el Nacimiento del Cuervo y el del Tajo, donde nos cayó una nevada del copón. Bajamos hasta Albarracín y, ya con sol, llegamos a Teruel. Otro salto en bus hasta Segorbe y de allí, en bici, hasta la Vall d’Uixó y, por fin, Canet de Berenguer. De premio, tres días en la playita, ya por fin con calor. Entre el nombre, los perfiles tan diseñados y las cartas con membrete, dejamos alucinados a más de un director provincial de tráfico, que nos mandaron a un montón de guardias civiles en moto. Era una de las cosas que más les moló a los chavales: el acompañamiento; en algunos momentos, parecíamos un pelotón de presidentes de gobierno subidos en bicicletas.

Después de muchas vueltas, he logrado recuperar el vídeo que grabaron y montaron tres de los chavales que iban a la excursión y con los que he seguido teniendo buena relación: Tito, Richard y Peque. Lo he restaurado un poco (dentro de lo que se podía), pero dejando el sabor de lo que vivieron chavales de 16 y 18 años. Es largo, pero no tiene desperdicio.
Al año siguiente intentamos montar otra con destino Andalucía. Pero esta vez Tráfico nos dijo que, en semana santa, nada de bicis por las carreteras. Así que sólo hubo una edición de la Vuelta. Bueno, ahora, si se busca en youtube, aparecen miles de vueltas cicloturistas a España. Pero ninguna tan molona ni tan bien diseñada y coordinada como aquella.

1 comentario:

  1. Miguel, ¡cómo me gusta tu blog! lo he descubierto por casualidad pero como compartimos historia, música, algunos lugares y edad lo estoy disfrutando mucho. ¡Qué buena cosecha la del 63!. Un abrazo (Soy Elena la del senderismo)

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