jueves, 9 de mayo de 2013

2006: 8 de mayo, en la Malvarrosa

Internet había llegado a nuestras vidas. Y había sido para quedarse.

Por internet, nos conocimos un día. Primero, una foto de un chico en una playa del cabo de Gata. Luego el salto al viejo messenger, una hoz y un martillo quitadas rápidamente. Luego charlas sobre lo divino, lo humano. Y los libros; y la música indie. Rápida búsqueda en google... Y la revolución y la fábrica y la concejalía...

Dos tíos, con muchas cicatrices sentimentales, cada uno a un lado de la línea. Poco a poco, fue surgiendo el interés. Y tras el interés, los proyectos: Pirineos, viajes, anhelos aparcados, interés por la historia, festivales...

No recuerdo cuánto tiempo estuvimos así. Si fueron días, semanas o meses. Pero había que dar el salto. De la red a la realidad. Había un punto intermedio accesible: Valencia. Y allí, junto a la Malvarrosa, estaba (y sigue estando) el pequeño piso de mis amigos Chus y Enrique. Les pedí las llaves y me fui en autobús, un lunes para allá. 8 de mayo de 2006. Hace hoy 7 años.


Preparé algo de cena: gnochi con pesto, lomo de buey y algún buen vino, imagino que de Toro. Sonó el telefonillo del portal, abrí, y casi sin interludio volvió a sonar el timbre de la puerta. Cuatro pisos sin ascensor a todo correr. Allí estaba Néstor. Nervioso, como es él. Y sudoroso por la ascensión.

Cenamos, hablamos, bebimos, la vecina de al lado aporreó las paredes, bebimos más (aún ron con limón, el gintonic llegaría más tarde) e hicimos el amor. Nerviosos, claro. Y con un calor que ya anunciaba el verano tórrido de aquel año.


Y así empezó todo. Así empezamos a descubrirnos, a conocernos, a querernos, a asentirnos y a disentir. En un pequeño piso de la Malvarrosa. Junto al Mediterráneo. En Valencia, esa ciudad que ha quedado un poco como icono (semanas más tarde nos bebimos allí, literalmente, un restaurante con Miquel y Mónica).

Y así seguimos. Con nuestras cosas. Pero celebrando, de nuevo, que hoy es 8 de mayo.

1 comentario:

  1. ....y bebiéndonos restaurantes. Muchas gracias cariño por todo lo que estás haciendo. Me encanta compartir mi vida contigo. Te quiero

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